Animación Sociocultural II

miércoles, 18 de abril de 2018

Carnaval Vegano Identidad Nacional




Quien al escuchar la expresión ‘Carnaval’ imagina una fiesta de caretas que se disfruta en determinadas fechas, podrá experimentar esta sensación de júbilo y entusiasmo de una manera diferente: en un museo. La concepción inicial parecería absurda, sin embargo, cuando se combina la historia, la escenografía y el realismo, un recorrido por este Museo del Carnaval Vegano enriquece el conocimiento de cualquier espectador.
Hacia 1896 comenzó la construccion de este lugar, estabilizado en el suelo con aserrín, cascajo y cal. No es hasta 1899 que se concluye la construccion de la primera planta con fines comerciales, y la segunda como residencia de Don Zoilo García y su familia. Para ese entonces, poseía enormes puertas de dos hojas, bisagras y aldabones de hierro. Don Zoilo habitó allí hasta 1921. Ochenta y un años después (2002) un voraz incendio destruyó todo el maderamen de la edificación.
El Museo
Lo que en 2002 quedó únicamente en muros, hoy es como dice la canción, un palacio “pintado de amarillo y colorado”, que atesora y representa la riqueza cultural de la fiesta del pueblo dominicano, el carnaval.
Un diablo cojuelo sentado en lo alto, con su vejiga en manos y mirada fija hacia la entrada, es lo primero que observa el visitante. La magia carnavalesca donde predominan los colores, los disfraces y la variedad se manifiesta al ingresar al lugar.
Salas y recorrido
El museo tiene un total de 12 salas, 8 son de colecciones permanentes, dos de exposiciones temporales y 2 de audiovisuales. Según Isabel Serrano, curadora del museo, para concebir la colección fueron “de lo general a lo particular”. Primero recrean un panorama en el que resaltan los lugares donde es emblemática  la celebración del carnaval. “Una visita por algunos rincones del país hasta llegar a La Vega”.
La destreza para proyectar la historia del carnaval es un arte, y en cada sala queda demostrado que lo han materializado sin dejar perder los detalles.
Aparece el diablo cojuelo  con diferentes interpretaciones de cada provincia del país donde se celebra esta fiesta de envergadura; ilustraciones de carnavales tradicionales y de salón, sin olvidar los respectivos trajes de fantasía, algunos de ellos confeccionados por Alex Saviñon, y la evolución de los disfraces, en los que se exhiben estilos contemporáneos pero sin perder sus particularidades de origen como, el blusón, el pantalón y la galacha o capa.
Ilustraciones de los personajes que han sido reyes y reinas del carnaval se muestran en un mural, al igual que la lista de los 175 grupos que conforman esta fiesta del pueblo.
Fines didácticos y detalles
Uno de los propósitos del Museo del Carnaval Vegano es enseñar,   el ingeniero César Arturo Abréu, lo manifestó.  Al iniciar el recorrido los guías van explicando lo que contiene cada sala y la historia de las piezas. Además, la entidad cuenta con un programa de animación sociocultural y educativo.
El espectador podrá apreciar que cada elemento está debidamente identificado con sus fichas técnicas, y organizado en inventarios y catalogación.
Estampa, cultura inmovil
Cesar Arturo Abréu asegura que el acervo de esta galería muestra la riqueza cultural del país y lleva al visitante a sentirse orgulloso de sus raíces, a estudiar sus ancestros y a descubrir que no se trata de una fiesta de bebida, sino de trascendencia, “una concentración de todas las clases sociales , todos los pueblos mezclados en las calles”.
De repente el sonido empieza a armonizar el ambiente y transporta al visitante a la fiesta del “baila la calle de noche, baila la calle de día”.
Fachadas emblemáticas de La Vega como el Casino Central y la estación de bomberos donde se hacía antes el desfile, llevan al espectador al medio de una calle, donde pueden recorrer el lugar y vivir la esencia carnavalesca dentro del lugar, sin necesidad de esperar una fecha estipulada para participar de esta tradición y conocer una parte de la historia nacional.
Fuente: listindiario.com

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